Coralino: el héroe que se enfrentó al gobierno federal para proteger los arrecifes de Arecibo

ARECIBO, Puerto Rico – Con un cajón blanco lleno de recuerdos llegó el ex entrenador del Equipo Nacional de surfing en Puerto Rico, Ángel Rodríguez Soto, a un restaurante al aire libre frente al paseo marítimo La Marginal.
El hombre de 58 años abrió su cajón con mucha cautela para que el fuerte viento no se llevara ninguna de las muchas revistas, fotos, discos y videocasetes que documentan su larga lucha para proteger la playa donde este año se celebraron las pruebas clasificatorias para cientos de surfistas que buscaban participar en Juegos Olímpicos de París 2024 este verano.
Rodríguez no dudó en interrumpir la conversación varias veces para recoger papeles de basura que rodaban por el suelo del restaurante Bermudas. “Si lo dejo en la carretera va a terminar en el océano, yo vivo del océano”, explicó el surfista.
Pero hace más de 20 años, esa vida se vió amenazada.
Rodríguez y los miembros de su comunidad se manifestaron en contra de un proyecto de dragado de sedimentos que casi destruye la vida marina en La Marginal. Esta es vital para preservar la salud ambiental de la playa que hoy es reconocida internacionalmente por sus famosas olas, atrayendo surfistas de distintas partes del mundo al pueblo de Arecibo.
La batalla para detener el daño ambiental comienza
El Océano Atlántico fue lo primero que Rodríguez escuchó al nacer.
Un 10 de febrero de 1966, Esmeralda Soto Soto, madre de Rodríguez, dió a luz en una sala de parto con una ventana directa al mar, en el antiguo hospital municipal Manuel Figueroa en La Marginal de Arecibo.
“Lo primero que yo escucho es el romper de las olas, el sentir las olas creó una conexión directa con el océano”, dijo Rodríguez.
Su amor por el océano eventualmente lo impulsó a convertirse en su protector.
En junio de 2000, un grupo de surfistas y activistas de La Marginal enfrentaron al Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos, mejor conocido por sus siglas en inglés USACE, sobre un proyecto en el Muelle de Arecibo que presentaba un riesgo para la vida marina en la zona y los arrecifes de coral que la protegían.
El USACE había creado un dragado para depositar sedimentos en el océano para restaurar la profundidad de los puertos en La Marginal, según explicó el entonces jefe ingeniero del USACE, José Rosado, en un documental de PBS.

La idea era utilizar los sedimentos para realizar una realimentación de playa, un proceso en el cual las mezclas son redistribuidas por las corrientes y mareas para que la arena llegue hasta la orilla, según el biólogo marino Edwin Hernández Delgado, quien se especializa en investigar el impacto del cambio climático en los arrecifes. Sin embargo, dichos sedimentos vienen acompañados de materiales pesados como rocas, ladrillos y otros desechos.
Estos taparon depresiones en los arrecifes donde vivían muchos organismos, quedando “rellenas de porquería”, dijo Hernández.
Algunos de los sedimentos depositados encima de los arrecifes llegaron a alcanzar hasta unos 10 pies de elevación, creando un daño ambiental permanente al aplanar su estructura natural.

Como consecuencia de esto, los arrecifes de La Marginal colapsaron, eliminando miles de corales, esponjas, macroalgas, zoantidos, anémonas y otros organismos fijos del arrecife. Estos quedaron sepultados bajo el sedimento que “probablemente” era un pie de ancho, explicó Hernández.
El exceso de sedimentos también provocó que muchos cangrejos, langostas, peces, entre otros organismos se desplazaran.
Rodríguez recuerda haber visto cientos de peces muertos llegar a la orilla; inclusive recolectó cinco bolsas grandes llenas de erizos muertos.
“Nos están rompiendo la playa”, Rodríguez dijo mientras recordaba una llamada que recibió de su amigo, el surfista Arnaldo Robles, en aquel entonces para ver cómo podían detener el proyecto.
Cuando Rodríguez confrontó a la USACE, pero llevar sus reclamos en contra del USACE y su proyecto ante los tribunales tomaría años.
Miguel Sarriera, un abogado ambiental quien presenció la devastación de la playa junto a Rodríguez, le advirtió que el proceso sería “una lucha bien fuerte”.
En lo que se preparaba para radicar un caso oficial en la corte, Rodríguez y la comunidad de La Marginal vieron cómo se destruía su playa, en especial la ruptura de arrecife conocida como El Rastrial, una de las responsables de crear las olas necesarias para surfear.

Los arrecifes son importantes para determinar la calidad de las olas. Sin arrecifes saludables, las olas se vuelven inconsistentes y poco adecuadas para el surf. Preocupados por la pérdida de éstos, Rodríguez junto con un grupo de surfistas locales se manifestaron para proteger El Rastrial y otras dos rupturas de arrecife ubicadas en la playa La Marginal conocidas como El Pico y Margara.
En la resistencia, una comunidad protege su playa
Miembros de la comunidad La Marginal protestaron el proyecto del USACE por dos semanas consecutivas en el verano del 2000.
Algunos activistas se adentraron en el tubo que el USACE estaba utilizando para el dragado con el fin de bloquear el depósito de sedimentos en los arrecifes de La Marginal. Hasta los niños salieron en defensa de sus playas, recordó Rodríguez. Para algunos de ellos, el arte se convirtió en su herramienta de lucha.


Después de 15 días de educación y activismo durante la protesta, el 23 de junio de 2000 se marcó el cese de la manifestación. La comunidad logró detener el proyecto del USACE, pero aún les faltaba ganar la batalla legal en los tribunales.
Sarriera, el abogado ambiental, le había dicho a Rodríguez que nadie había ganado una demanda contra la USACE. Las probabilidades eran “una entre un millón”, Sarriera le dijo a Rodríguez.
En el 2003, llevaron oficialmente el caso a la corte con el patrocinio de la Fundación Surfrider y el fundador del capítulo de Puerto Rico, Riki de Soto, en adición a unos $5,000 que Rodríguez había invertido de su propio bolsillo.
La demanda acusaba al USACE de violar una ley federal conocida como el “Clean Water Act”, la cual regula las descargas de contaminantes en las aguas de los Estados Unidos y sus territorios para preservar la calidad de las aguas superficiales.
Luego de dos años de litigación, una jueza federal falló a favor de Rodríguez en abril de 2005.
Rodríguez piensa que haber sido conocedor de la ley federal ambiental lo hizo “un guerrero bien fuerte”.
Tras esta lucha, nació el personaje de Coralino. El superhéroe de La Marginal, personificado en Rodríguez, representa a todas las personas que se unieron a la causa y tiene como misión crear conciencia sobre la delicada situación de los arrecifes de coral y su extrema sensibilidad ante la sedimentación.
Hernández, quien estudió los arrecifes de La Marginal hasta el 2012, encontró que a largo plazo se perdieron corales vivos. También se observaron daños significativos que alteraron por completo la composición de especies de los arrecifes de coral. Indicó que es un proceso que toma décadas en recuperarse.
La naturaleza recompensa a los surfistas
La evidencia de dicha recuperación se vió reflejada más de dos décadas después de la lucha de Rodríguez en La Marginal.
Del 23 de febrero al 3 de marzo de este año se celebraron los ISA World Surfing Games (WSG), un evento de renombre que reunió sobre 300 competidores de más de 30 países. Esta competición fue la última oportunidad para clasificar a los Juegos Olímpicos de París 2024.
“Las competencias de surfing se llevaron a cabo allí, gracias a que, para aquel entonces, casi 25 años atrás se detuvo ese dragado, se detuvo la muerte de los arrecifes”, manifestó el presidente de la fundación Surfrider, Hector Varela Vélez.
Por ello, Surfrider reconoció a Rodríguez por proteger los recursos marinos.
Varela destacó que el evento tuvo un impacto positivo en la economía, la cultura y el medio ambiente. Más de 1,500 estudiantes fueron educados en la choza ambiental por Surfrider, donde participaron en talleres y charlas educativas sobre arrecifes, manglares y otros temas ambientales.
Entre los atletas que representarán a sus países en los Juegos Olímpicos de París 2024, y que aseguraron su clasificación en las olas de Arecibo, se encuentran nombres como Tim Elter, Gabriel Medina, Ramzi Boukhiam, Tainá Hinckel, Nadia Erostarbe y Tatiana Weston-Webb, entre otros.
La competencia está supuesta comenzar el 27 de julio en otra isla rodeada de corales, Teahupo’o, Tahití.
Kiara L. Maldonado Acevedo is a student from Universidad de Puerto Rico en Arecibo. She’s a senior from the B.A. in Comunicación Tele-Radial with emphasis on News Production. Maldonado Acevedo covers art, culture and environmental issues. Besides, she aspires to pursue a career as a storyteller. Reach her at Kiara.maldonado6 [at] upr [dot] edu or on LinkedIn at @Kiara L. Maldonado Acevedo.