Periodistas nicaragüenses se enfrentan al exilio, amenazas y persecución política indefinida
NICARAGUA — En este país, los periodistas independientes ejercen su profesión sabiendo que en cualquier momento pueden ser amenazados, agredidos físicamente, encarcelados, forzados al exilio e incluso asesinados.
“Vamos a ver si ahora vas a ser tan huevoncita como cuando andás entrevistando”, recordó la periodista nicaragüense Leticia Gaitán que un paramilitar le dijo al oído.
Gaitán, de 32 años, y sus compañeros de producción del medio capitalino “100% Noticias” fueron atracados por paramilitares encapuchados. Los pusieron de rodillas, les apuntaron con armas y les robaron sus equipos de trabajo en junio del 2018.
El evento ocurrió luego de que Gaitán cuestionara en cámara al canciller Denis Moncada por la responsabilidad que pudo haber tenido el gobierno del presidente de izquierda Daniel Ortega en la muerte de dos niños y cuatro adultos que fueron incinerados en su vivienda a manos de un grupo de criminales encapuchados.
Incluso bajo amenazas, Gaitán continuó haciendo su trabajo. Pero en diciembre del 2018, la policía allanó las oficinas del medio donde trabajaba y arrestó a sus jefes, los periodistas Miguel Mora y Lucía Pineda.
En cuanto la periodista supo que también había una orden de captura en su contra, no tuvo más remedio que huir a Costa Rica. Lo hizo sola, a través de un punto ciego en la frontera y con ayuda de un coyote, compartió Gaitán.
Gaitán es una de más de 90 periodistas nicaragüenses que han sido forzados a emigrar a raíz de ataques a la libertad de prensa, el asedio policial y la persecución estatal a medios de comunicación que se intensificó desde abril del 2018, según reportes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Lo que comenzó como protestas cívicas rechazando una reforma al seguro social del país, estalló en una crisis social, política y de derechos humanos.
El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, vicepresidenta del país, ha respondido con políticas represivas. Como producto de la crisis, más de 300 personas han fallecido, cientos han resultado heridas y decenas han sido detenidas arbitrariamente, según datos de la CIDH.
Ya puesta en Costa Rica, sin tener la aprobación de sus familiares y con dificultades económicas, Gaitán decidió continuar haciendo periodismo. Nunca se imaginó que en el presente seguiría en el exilio, pero no estar en Nicaragua no le impide informar, aseveró Gaitán.
“Nosotros no perdemos nuestras fuentes, nuestros contactos”, dijo Gaitán. “Siempre va a haber alguien que te va a mandar una foto. Siempre va a haber alguien que te va a mandar un video”.
Las amenazas e intimidación contra ella y sus colegas nunca cesan, pero Gaitán afirma que el compromiso con el país y el deseo de ver una nación libre, democrática y justa es lo que la motiva a seguir ejerciendo su carrera.
“Somos muchos y si callan nuestra voz, van a haber otros que van a hablar”, aseveró Gaitán. “Si un día yo no puedo seguir informando, van a haber otros que van a informar por mí”.
Desde comienzos de junio, más de 25 personas opositoras al régimen Ortega-Murillo han sido arrestadas, incluyendo nuevamente al periodista Miguel Mora, quien figuraba como precandidato presidencial para las elecciones que se llevarán a cabo en noviembre de este año.
El ataque a periodistas y a la libertad de prensa también ha causado el exilio de periodistas que trabajaban para medios locales.
La periodista con más de 20 años de experiencia, Martha Yesenia Centeno, de 43 años, trabajaba cubriendo al poder judicial para un medio de comunicación en el departamento de Estelí, ubicado en la zona norte del país, antes de emigrar a España en enero del 2019.
Sola y sin saber cuándo volvería a ver a su familia, se exilió por el pánico que le causó saber que Mora y Pineda — periodistas conocidos a nivel nacional — habían sido arrestados.
Además, el medio para el cual trabajaba ya había sido amenazado con que quemarían sus oficinas por darle cobertura a la crisis sociopolítica del país, relató Centeno.
“Realmente se sentía bastante el miedo, miedo por que pudieran haber agresiones de manera física, violenta, porque ya la guerra estaba declarada”, añadió.
Centeno expresó que los periodistas del medio fueron acosados por paramilitares y por fuerzas policiales, por lo cual no tenía sentido poner ninguna denuncia al respecto.
En un sinnúmero de ocasiones, Centeno compartió que tuvo que recurrir a ocultar el nombre de sus fuentes para prevenir que fueran atacados o perseguidos por expresar su opinión o por compartir información relacionada al panorama sociopolítico del país.
Hoy en día, Centeno dedica la mayor parte de su tiempo a cuidar ancianos. Pero cuando tiene la oportunidad, escribe y comparte noticias de relevancia local, nacional e internacional a través de una página en Facebook.
Por motivos de seguridad, la página, los escritores y sus fuentes son anónimas, pero todos los hechos se verifican antes de compartirse, aseguró Centeno.
“Yo no pienso desvincularme de la carrera. Aún cuando no tenga una opción laboral, trabajaré en otra cosa y buscaré la manera de seguir ejerciendo”, afirmó Centeno.
En la más reciente clasificación mundial de la libertad de prensa que establece Reporteros Sin Fronteras, Nicaragua se encuentra en la posición 121 de 180 países, expresó Emmanuel Colombié, director de Reporteros Sin Fronteras para América Latina.
Colombié señaló que la organización observa frecuentemente que en el país hay campañas de odio y desprestigio hacia la prensa independiente, amenazas de muerte contra periodistas y uso arbitrario de leyes. Asimismo, también ocurre la destrucción de equipos y oficinas de redacción por manos de fuerzas policiales.
Es preocupante que “si el gobierno sigue silenciando a la prensa independiente, en algún momento nadie va a saber lo que pasa en el país”, compartió Colombié.
En su propia lucha contra la desinformación, el acoso al periodismo y la impotencia de haber tenido que exiliarse en España, la periodista Maryórit Guevara fundó el medio digital “La Lupa” el 1 de marzo del 2019, el día del periodista nicaragüense.
Guevara, de 40 años, relata que ante la falta de equipos e ingresos, fundó el medio gracias al fruto de “crowdfunding” y al apoyo de su pareja. En la actualidad, son siete las personas que trabajan de forma remota para informar a la población nicaragüense sobre temas con perspectiva de género y defensa de derechos humanos.
Incluso estando lejos del país, Guevara ha continuado recibiendo amenazas por su trabajo. Asevera que mientras Ortega y Murillo sigan en el poder, no importa cuánto extrañe su patria, sus seres queridos y al gallopinto, no piensa regresar a Nicaragua.
“El día que ya no estén vamos a hacer cosas maravillosas, no solo en comunicación, sino en tema de derechos para las mujeres, para los niños”, expresó Guevara. “Y hay que reconstruir ese país porque ese país va a quedar hecho un desastre”.
Guevara compartió que mientras el cambio ocurre, atesora la estabilidad y la paz que le da ver a su hijo creciendo en un lugar donde puede ser libre de pensar diferente, expresar sus ideas y tener mejores oportunidades de las que hubiera podido tener en Nicaragua.
“Mamá, vámonos, nos van a matar”, le decía su hijo, quien tenía cinco años cuando emigraron y era consciente del peligro que los acechaba. Guevara recuerda que dormía con un cuchillo y un machete afilados debajo de su cama por temor a ser atacados en la madrugada.
Por su trabajo como periodista y activista feminista, Guevara recibió amenazas de muerte, de violación y de quemar su casa a través de redes sociales por parte de fanáticos sandinistas a mediados del 2018.
“Más que un policía vaya y te dispare, el mayor riesgo que hay es que un fanático o sus mismos paramilitares vestidos de civiles lleguen, te maten y quede en la impunidad”, agregó.
Cuando la policía allanó las oficinas de dos medios independientes y arrestó a Mora y Pineda, Guevara fue advertida de que ella estaba en la mira. Presionada por su familia y el deseo de asegurar el porvenir de su hijo, decidió irse del país en víspera de Navidad.
Desde el 2018, más de 100.000 ciudadanos nicaragüenses han emigrado, según números de la Agencia de la ONU para los Refugiados.
La diferencia de horarios, la indignación por lo que ocurre en el país, extrañar a sus familiares y el largo proceso que ha sido adaptarse a un nuevo lugar no ha sido fácil.
Guevara hace malabares entre ser madre, coordinar “La Lupa”, trabajar en el área de comunicaciones de una organización de mujeres, dar inicio a una organización para mujeres migrantes y estudiar un máster en estudios de género.
A pesar de que hay un océano de por medio entre su nuevo hogar y Nicaragua, Guevara afirma que los periodistas de su medio no piensan dejar de informar ante la represión. Lo hacen con la esperanza de colaborar para la construcción de un futuro mejor, añadió.
Los últimos tres años han significado un gran desgaste físico y emocional para Guevara, razón por la cual dice que está enfocándose en cuidarse a sí misma, regalarse tiempo para atender sus necesidades y compartir tiempo con su hijo.
Aurora Martínez is a junior at the University of Florida , where she studies journalism and has worked for her school’s independent student newspaper, The Alligator, and produced stories in both English and Spanish. Martinez has also worked at WUFT News, an affiliate of NPR in Gainesville, Fla., and its Spanish-language counterpart, Noticias WUFT. In the fall, she will be an assistant producer for Noticias WUFT as she continues to pursue her goal of becoming a bilingual journalist. Reach her at auroraceciliam [at] gmail [dot] com or on Twitter @AuroraCeciliaM.
Good Job
Great!!!
Viva Nicaragua libre