River Walk: un punto de encuentro para jóvenes militares

Al recorrer las veredas del River Walk en San Antonio la presencia de la milicia es palpable. Se puede observar como familias disfrutan la tarde, aún cuando sus ojos lucen preocupados por el tiempo que se les esfuma.

Luego de semanas de entrenamiento en la Base de la Fuerza Aérea de Lackland, en Texas, es común que en días como este 7 de septiembre, decenas de militares entren y salgan de las estructuras arquitectónicas de esta ciudad.

Los militares, vistiendo uniformes azulados, entran y salen de las tiendas que se ubican a los lados del río, mientras las embarcaciones de colores cargan a civiles que miran fascinados a todas partes.

A Lackland Air Force Base recent graduate visits the San Antonio River Walk on Saturday, Sept. 7, 2019. Basic training took eight weeks which he spent away from his home and his family in Long Island, NY. (Marie D. De Jesus / The Latino Reporter)

San Antonio, la sede del River Walk, es popularmente conocida como “La Ciudad Militar de los Estados Unidos” por la alta cantidad de militares activos y graduados que residen en la ciudad.

Lucas Crowe, de 18 años, porta una placa azul con su apellido escrito mientras conversa junto a sus padres cerca de un patio repleto de flores y plantas verdes y frondosas. Él es uno de muchos que entrena en Lackland para pertenecer al U.S. Air Force.

Crowe, entretanto, mira tímidamente a la cámara con sus ojos azules mientras relata cuánto disfrutaba conducir motoras durante su adolescencia.

Tanto su mamá como su papá recorrieron kilómetros desde Atascadero, California, para visitar a Lucas. Ese acto, Crowe explica, lo llenó de felicidad porque le demostró cuánto lo aman.

En cuanto a cómo se sentía de estar en la comunidad nuevamente, responde: “Es totalmente diferente. Es casi como una reintegración; no tenemos redes sociales, pero es beneficioso”.

Crowe bromea con que no entiende los memes con los que se topa en las redes sociales ya que estuvo más de ocho semanas en entrenamiento intensivo en la base militar y sin acceso a las redes sociales.

“No te cambia, pero sí te mejora”, reflexiona acerca del proceso de entrenamiento para integrarse a la fuerza militar.

A pocos metros se encuentra otro joven.

Kyle Wilson, de 19 años, bordea el río junto a su amigo, también militar, Darrius Stewart, de 18. Los dos tienen una actitud calmada y afable y están felices por sus horas libres en la ciudad.

“Salir de la base luego de dos meses es en cierta manera revitalizante porque puedes ver cómo la sociedad se mueve”, acotó Wilson. “Ver los anuncios luego de cierto tiempo es intrigante”.

Wilson menciona que la razón principal por la que decidió adentrarse al mundo de las fuerzas armadas es por la oportunidad de costear sus gastos de educación subgraduada.

La mirada del joven se suaviza al recordar cómo su madre comenzó a llorar cuando lo vio vestido como militar de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Pese a que el chico de Ames, Iowa, intentó contener las lágrimas, confesó que no pudo y se lanzó a abrazarla.

“Lo más importante en estos momentos para mí es pasar la mayor cantidad de tiempo que pueda con mi familia porque solo tengo hasta mañana (domingo) para hacer eso, así que busco crear las experiencias que pueda”, dice.

Stewart se encontraba con Wilson, pues el viernes pasado su familia lo fue a visitar pero se tuvo que ir pronto. Cuando se reunió con su padre este lo abrazó. Su madre lloró.

“Ellos tuvieron suerte de encontrarme rápido porque soy bajito”, carcajea.

El ejército representa la posibilidad de establecer una carrera próspera, por lo que, en su caso, en combinación con su pasión por los retos difíciles de superar, opina que la milicia ha sido una experiencia gratificante.

“Ha sido emocionante estar con mi familia después de ocho semanas porque cuando no controlas tu tiempo una vez estás en el ejército, cada momento que pasas con ellos cuenta”, puntualiza Stewart.

Mientras Stewart y Wilson se apartan, sus risas aún se escuchan, las hojas no se mueven: la mañana se acaba y se agota el tiempo junto a los suyos.

Luis Joel Méndez González es un participante del NAHJ Student Project 2019. Cursa estudios subgraduados en el Departamento de Tecnología en Comunicación Tele-Radial en la Universidad de Puerto Rico en Arecibo. Ha publicado en El Nuevo Día, El Sentinel Orlando y el Centro de Periodismo Investigativo (CPI). Trabaja como técnico radial en la estación WLRP 1460AM, en Puerto Rico. Envíale un correo electrónico a luis.mendez15@upr.edu o síguelo en Twitter: @m_joel17.

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Luis Joel Méndez González is pursuing a Bachelor in Tele-Radial Communication Technology with an area of ​​emphasis in News at the University of Puerto Rico in Arecibo. He is a radio technician at the WLRP 1460AM station in San Sebastián, Puerto Rico. It has bylines in Argentina, United States and Puerto Rico media such as El Sentinel Orlando, QuEvento, La Isla Oeste, Escritura Crónica, Perfil, AccuWeather, Pulso Estudiantil, NotiUno, Centro de Periodismo Investigativo, MetroPR, Caribbean Business, Sin Comillas and 80 grados.

Luis Joel Méndez González

Luis Joel Méndez González is pursuing a Bachelor in Tele-Radial Communication Technology with an area of ​​emphasis in News at the University of Puerto Rico in Arecibo. He is a radio technician at the WLRP 1460AM station in San Sebastián, Puerto Rico. It has bylines in Argentina, United States and Puerto Rico media such as El Sentinel Orlando, QuEvento, La Isla Oeste, Escritura Crónica, Perfil, AccuWeather, Pulso Estudiantil, NotiUno, Centro de Periodismo Investigativo, MetroPR, Caribbean Business, Sin Comillas and 80 grados.

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